Lamentables son las consecuencias del fallido movimiento que hoy, 43 años después, sigue resonando como un eco de aquel grito desesperado por la libertad de oportunidades para todos, sobre todo cuando vemos nuevamente correr ríos de sangre por todo el territorio nacional, bajo la misma sonrisa irónica del Estado cuya degeneración monstruosa es lo que menos le interesa.
No podemos olvidar los sucesos del 2 de Octubre, seguir enterrando en el olvido a nuestros muertos no sirve de nada, hoy más que nunca tenemos que rescatar a nuestro querido México, ya basta de que insulten nuestra inteligencia y nos exterminen a su antojo.
2 de Octubre no se olvida.