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Matar a un Politico...


Matar a un político
Martín Moreno
Columnista de Excelsior
 
A balazos o a puñaladas, en México están asesinando a políticos. Matarlos se ha convertido en deporte nacional. La lista la abrió Luis Donaldo Colosio, ejecutado por un poder tan invisible como impune. Igual que Ruiz Massieu, incómodo para el salinismo. Acribillado Rodolfo Torre Cantú, futuro gobernador de Tamaulipas. Alrededor de 30 alcaldes aniquilados. La política también se hace a balazos.
 
Matar a un político en Nuevo León. En Sonora. En el Estado de México. Hoy la pregunta es: ¿Quién sigue?
 
Hernán Belden, popular empresario y ex diputado local del PAN fue secuestrado. Su cadáver apareció hace unos días en Santa Catarina. No hay detenidos. Las investigaciones apuntan hacia la nada.
 
Belden fue victimado en la espiral de violencia que azota a Nuevo León, con un gobierno fallido en seguridad. Y no es percepción. Allí están las cifras: dos mil 678 muertes ligadas al crimen organizado durante el gobierno del priista Rodrigo Medina. El estado enfrenta el vacío de autoridad más grave de su historia.
 
Narcobloqueos. Ejecuciones por miles. Fugas de reos. Ataques a medios. ¿Dónde está el gobernador? Por eso se habla de la urgencia de que Medina presente licencia y se nombre a un interino que enfrente el naufragio que hoy vive la entidad. En el equipo de Peña Nieto consideran a Medina como un lastre para el nuevo gobierno.
 
El alcalde de San Pedro Garza García, el polémico Mauricio Fernández, relató que “estaba hablando por teléfono con Hernán cuando, de pronto, “me dijo que lo estaban secuestrando, que le avisara a su familia”. (MéxicoRojo.mx 12/ IX/2009) Muy extraño.
 
La muerte de Belden envía el mensaje de que en la entidad no hay intocables y que irán por el que quieran. Cuando quieran. Y como quieran. El norte se baña con sangre de políticos.
 
Otro sonorense —como Colosio— fue asesinado: Eduardo Castro Luque era diputado local electo. Político de arraigo, joven (48 años) y con futuro prometedor. Afuera de su casa en Hermosillo le metieron cuatro balazos, incluido el de gracia. Previo a su ejecución —abierta, indudable— el tufo de la narcopolítica llegaba a cuadros priistas sonorenses: en agosto, Rafael Humberto Celaya fue detenido en España junto con un primo del Chapo Guzmán. Celaya fue aspirante a una diputación federal del PRI. Buscado por la DEA por tráfico de drogas.
 
Política y narcotráfico son una mezcla peligrosa, mortal pero, sobre todo, cada vez más frecuente. Casos sobran para demostrarlo. Es Sonora y el Edomex.
 
Jaime Serrano Cedillo, diputado local, cuadro importante del PRI —muy cercano a Eruviel Ávila, subsecretario regional cuando el hoy gobernador fue presidente municipal de Ecatepec, y eterno aspirante a la alcaldía de Ciudad Nezahualcóyotl—, fue apuñalado el domingo, cerca de su casa.
 
Hay varias versiones: que salió a comprar el periódico (cuando la mayoría no circula el 16 de septiembre) y fue apuñalado; que manejó herido hasta su hogar, pidió a su esposa que lo llevara al hospital y allí falleció. La opacidad rodea a su muerte.
 
Difícil que haya sido ejecutado por el crimen organizado que ha sentado sus reales en Neza. Los sicarios no acuchillan. Balean. La muerte de Serrano Cedillo aturde y preocupa en una entidad marcada ya por la alta criminalidad.
 
A políticos mexicanos los están matando por diversas razones y circunstancias. Mal presagio. Para todos.
 
ARCHIVOS CONFIDENCIALES MARCELO Y LA AMNESIA.
 
Ebrard rindió su último Informe como jefe de Gobierno del DF. Detrás de su fiesta quedaron pendientes y agravios de su administración: es la entidad con más delitos por hogar contra algún adulto, 21% por encima de Chihuahua (12%) y NL (8%) (Fuente: ICESI); más de… ¡180 personas murieron en su gobierno por accidentes causados por microbuses!; la CDHDF ha recibido más de ocho mil quejas con tendencia a violaciones a los derechos humanos, en contra de servidores públicos del GDF; acusaciones de tráfico de influencias en el presunto rescate financiero de tiendas de autoservicio; presos políticos, como Alfredo Maya y Lorena González. Son, tan sólo, algunos de los puntos que ayer ignoró el falso izquierdista. Carencia de autocrítica. Y más de ocho mil acarreados llevados a ALDF para echarle porras y confeti. Como en los viejos tiempos.
 
AMLO. La encuesta de ayer de BGC-Excélsior confirma lo publicado en esta columna el martes: sin López Obrador, el PRD se debilita. Es tendencia innegable. Interesante también lo que arroja el muestreo: si se repitiera la elección presidencial, AMLO —candidato ya de Morena— obtendría 56% de la votación de los simpatizantes de la izquierda, mientras Ebrard 32% y Mancera 26 por ciento.
 
Twitter: @_martinmoreno